octubre 21, 2009

Sin título

Moriré rodead de paredes blancas, entre sabanas limpias, dentro de la habitación 321. Mientras contemplo mis últimos minutos, siento la impeculiaridad de la situación. Una nefasta enfermedad me obliga a echarme a escuchar el electrónico latido que produce mi corazón. ¿Cómo llegué a estar solo? Esta es la única y constante pregunta que rodea mi mente próxima a estar difunta. Muerto estoy, pero pronto cesaré de existir.

Una vez más sobre la reencarnación

Está bien, está bien, prometo que será la última vez que tomo este tema. Rápidamente, si fuese el caso que nuestras almas son recicladas y poseemos las almas de seres del pasado, podría ser que son la gente que creemos ver en nuestros sueños. Tiene un poco de sentido, creo, pensar que gente que no conocemos (o creemos conocer, como seres famosos de la historia) que son partes de nuestras almas tratan de comunicarse con nosotros a través del inconsciente.
Pero, ¿quién sabe? Supongo que si existe un más allá nos enteraremos. Así que hasta que muramos y estemos pudriéndonos (o surcando por los vientos para los que seremos cremados), no sabremos nada al respecto.

octubre 18, 2009

Cambio de nombre

Nota rápida, el url del blog ha pasado a ser de relexionesilogicas.blogspot.com a ilogicasreflexiones.blogspot.com debido a que:
a. la primera parece ser un blog político, y
2. la segunda tiene el mismo nombre pero el orden al inverso así que igual funciona.

Gracias.

Sobre el más allá

Últimamente he estado leyendo muchos de los textos de Nietzsche, filósofo alemán de final del siglo XIX, al cual personalmente detesto, aunque no debo de dejar de mencionar que tiene ideas interesantes y muy particulares. Acabada mi lectura de la Gaya Ciencia o Ciencia Jovial, encontré el pasaje donde Nietzsche habla del eterno retorno, donde un demonio ofrece al hombre volver a vivir su misma vida con todos sus errores en son de tortura, al cual el hombre vuelve felizmente.
Añadiendo este aforismo, cuyo número no recuerdo pero se puede encontrar en el libro 4 de dicho libro, al pasaje final del libro X de la República de Platón, donde también encontramos una leyenda acerca de como es la vida en el otro mundo y el trato a las almas que desean retornar, me puse a pensar: ¿Y si en verdad no hay más allá?
Bueno, pensémoslo bien. En primer lugar, de acuerdo con la doctrina cristiana, nuestras almas rondan por el paraíso hasta que son "invocadas" a este mundo material. Por consiguiente deberiamos tener un recuerdo muy pasajero de una experiencia espiritual previa a nuestro nacimiento. Asimismo, de ser que la reencarnación es un medio de reciclaje de las almas (ver previa entrada de setiembre 2009), también tendriamos alguna noción inconciente de nuestra vida anterior.
Sin embargo, para responder porque no tenemos tales recuerdos, Nietzsche explica que al sucumbir a este eterno retorno, cada vez que nacemos nos olvidamos de todo lo que hicimos anteriormente para así poder cometer los mismos errores, aunque en esta "segunda" oportunidad (digo "segunda" poniendo en duda si esta es la primera vez que experimentamos la vida) tenemos una noción de hacia donde nos llevan nuestros actos.
Platón, aunque previo a Nietzsche diré en este caso que aumenta esta teoría ya que explica que en el otro mundo, cuando las almas escogen renacer, estas pueden determinar que quieren ser en esta nueva vida, y a cambio de esta nueva vida deben olvidar la anterior.
Ahora en sentido alegórico/filosófico esto tiene sentido. Dentro de la doctrina cristiana no, debido a que el cristianismo ofrece la vida eterna (aunque para no olvidar a mi profesor y buen amigo Felipe Zegarra la Biblia asegura la vida eterna de la carne y no del alma - o puedo estar equivocándome con la resurrección, de cualquier forma Santiago me corregirá cuando escriba un comentario a esta nota, en fín.)
El punto es que, si en verdad el alma es eterna e infinita debe ser capaz de acordarse de todo detalle que hemos experimentado en una vida pasada tanto material como espiritual y poder tranquilizarnos en cuanto a lo que nos aguarde el futuro. Sin embargo, al no tener una respuesta definitiva solo me queda preocuparme por la pequeñez del espíritu y del ser humano en cuanto a su existencia personal y universal.