octubre 18, 2009

Sobre el más allá

Últimamente he estado leyendo muchos de los textos de Nietzsche, filósofo alemán de final del siglo XIX, al cual personalmente detesto, aunque no debo de dejar de mencionar que tiene ideas interesantes y muy particulares. Acabada mi lectura de la Gaya Ciencia o Ciencia Jovial, encontré el pasaje donde Nietzsche habla del eterno retorno, donde un demonio ofrece al hombre volver a vivir su misma vida con todos sus errores en son de tortura, al cual el hombre vuelve felizmente.
Añadiendo este aforismo, cuyo número no recuerdo pero se puede encontrar en el libro 4 de dicho libro, al pasaje final del libro X de la República de Platón, donde también encontramos una leyenda acerca de como es la vida en el otro mundo y el trato a las almas que desean retornar, me puse a pensar: ¿Y si en verdad no hay más allá?
Bueno, pensémoslo bien. En primer lugar, de acuerdo con la doctrina cristiana, nuestras almas rondan por el paraíso hasta que son "invocadas" a este mundo material. Por consiguiente deberiamos tener un recuerdo muy pasajero de una experiencia espiritual previa a nuestro nacimiento. Asimismo, de ser que la reencarnación es un medio de reciclaje de las almas (ver previa entrada de setiembre 2009), también tendriamos alguna noción inconciente de nuestra vida anterior.
Sin embargo, para responder porque no tenemos tales recuerdos, Nietzsche explica que al sucumbir a este eterno retorno, cada vez que nacemos nos olvidamos de todo lo que hicimos anteriormente para así poder cometer los mismos errores, aunque en esta "segunda" oportunidad (digo "segunda" poniendo en duda si esta es la primera vez que experimentamos la vida) tenemos una noción de hacia donde nos llevan nuestros actos.
Platón, aunque previo a Nietzsche diré en este caso que aumenta esta teoría ya que explica que en el otro mundo, cuando las almas escogen renacer, estas pueden determinar que quieren ser en esta nueva vida, y a cambio de esta nueva vida deben olvidar la anterior.
Ahora en sentido alegórico/filosófico esto tiene sentido. Dentro de la doctrina cristiana no, debido a que el cristianismo ofrece la vida eterna (aunque para no olvidar a mi profesor y buen amigo Felipe Zegarra la Biblia asegura la vida eterna de la carne y no del alma - o puedo estar equivocándome con la resurrección, de cualquier forma Santiago me corregirá cuando escriba un comentario a esta nota, en fín.)
El punto es que, si en verdad el alma es eterna e infinita debe ser capaz de acordarse de todo detalle que hemos experimentado en una vida pasada tanto material como espiritual y poder tranquilizarnos en cuanto a lo que nos aguarde el futuro. Sin embargo, al no tener una respuesta definitiva solo me queda preocuparme por la pequeñez del espíritu y del ser humano en cuanto a su existencia personal y universal.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, mi querido Martín: de acuerdo con la Biblia, de lo que se habla es de una resurrección de la carne, no del alma (Pipo Zegarra dixit). Recuerda la célebre frase de Zegarra, de paso, según la cual las únicas inmortales en carne y alma son las cucarachas (cito: "¡Esas si que no mueren con nada"!). Respecto a las posibilidades del más allá... vamos, ¿de verdad podemos querer que exista algo después de esta vida? ¿O es que no nos basta para hastiarnos un poco? Personalmente, espero que todo termine aquí; y, como decía Sade, no me asusta el sistema de la Nada: es sencillo y satisfactorio, o algo así.
    P.d. Revisa, ya que andas en el tema del más allá, las teorías de cierto místico sueco llamado Emmanuel Swedenborg. Borges ha escrito sobre él.

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  2. Vale, gracias por la corrección en cuanto lo que dijo Pipo, ya que no me acordaba. Segundo, no es por miedo a la nada, simplemente es una de las tantas dudas existencialistas/nihilistas que flotan por ahí (supongo que podría contar como un mal chongo metafísico, supongo). Tercero, chequearé lo de Swedenborg, fácil lo tengo por aquí sino ya lo buscaré.

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